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domingo, 17 de abril de 2011

OUTBACK: ¡Al rescate!

OUTBACK STEAKHOUSE
South Miami
5829 SW 73rd Street,

Miami, FL 33143
305-665-8499
AMBIENTE: ++

ATENCIÓN: +++
COMIDA: +++

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Un domingo en la noche, después de 2 fallidos intentos para comer en igual número de restaurantes cubanos, terminamos a las puertas del OUTBACK STEAKHOUSE, en el área de Sunset Drive, en South Miami.

A regañadientes accedí a entrar a este restaurant porque el tiempo transcurría y mis hijas estaban hambrientas.

Después de solicitar una mesa tranquila, solicitud a la que fue totalmente omitida por la anfitriona, una vez sentados tuvimos que esperar al mesonero por más tiempo del debido.

Comer carne no estaba en mis planes para esa noche, así que ordené: Un Ahí Tuna con una Sopa de Cebolla. Admito que la combinación resultaba muy poco ortodoxa, pero a fin de cuentas, quería comer ligero.
Mis hijas pidieron un 6 Oz. Steak con vegetales al vapor y otro acompañado con Crab Cakes.

No tardaron mucho en volver a nuestra mesa con las malas nuevas: La Sopa de Cebolla y las Crab Cakes se habían agotado. A la tercera iba la vencida; le dejamos saber a la Gerente de nuestros frustados intentos anteriores y ella, muy gentilmente ofreció buscar una solución.

Ella logró que solucionar el problema de las Crab Cakes, pero no logró solventar el de mi sopa. Resigando esperé por mi única opción para esa noche: Ahí Tuna.

¡Sorpresa! Cuando el atún llegó a la mesa vino acompañado de un par de salsas que me borraron de mi memoria todas las malas experiencias de esa noche. Este atún estilo “Sashimi” vino untado con especias y sellado a la brasa con una capa de pimienta negra. La salsa cremosa de soya y jengibre y la vinagreta de wasabi me alegraron tanto que pedí otro, el cual devoré con el mismo gusto y fruición que el primero.



A mis hijas les fue muy bien con sus selecciones. La carne estaba en su punto justo de cocción, jugosa y bien adobada. En cuanto a las Crab Cakes, éstas complacieron el paladar de mi hija, aunque, para mi gusto, el sabor a huevo era demasiado evidente.

Al finalizar nuestra cena todos coincidimos en que, a pesar de los pesares, la habíamos pasado bien y la comida nos había complacido. Todo ello, en gran medida, gracias a la oportuna intervención de la Gerente de turno: Valeria.

¡Gracias, Valeria, por salvar nuestra noche!

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